El proyecto TuMiCC, coordinado por INCLIVA, Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico, y con la participación del Vall de Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar), dirigido a demostrar el valor del microambiente tumoral en la predicción de recaídas en pacientes con cáncer de colon localizado tratados con tratamiento adyuvante, acaba de celebrar su reunión anual cuando se cumplen tres años desde su puesta en marcha.
En el encuentro se han mostrado los nuevos hallazgos sobre la resistencia al tratamiento de quimioterapia estándar. Los resultados alcanzados hasta ahora sugieren que este tratamiento puede interactuar con células no cancerosas del microambiente tumoral y aumentar la resistencia, favoreciendo el desarrollo de tumores, en un subgrupo de pacientes.
Ante el alcance y reconocimiento de estos resultados, el proyecto se prolongará durante dos años más para continuar investigando los mecanismos específicos de resistencia al tratamiento, proporcionar biomarcadores pronósticos y permitir la identificación de estrategias terapéuticas más personalizadas.
El proyecto, coordinado por el Dr. Andrés Cervantes -director científico del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, donde coordina el Grupo de Investigación en cáncer colorrectal y nuevos desarrollos terapéuticos en tumores sólidos; jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de València; y presidente de ESMO (Sociedad Europea de Oncología Médica)-, y financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer, tiene como objetivo comprender los mecanismos de las células tumorales para hacerse resistentes a la terapia y, de este modo, recionalizar el uso de la quimioterapia y desarrollar nuevas estrategias que guíen el tratamiento del paciente con cáncer colorrectal (CCR), evitando las recaídas.
El CCR -que es la segunda causa de muerte por cáncer a nivel mundial- continúa siendo hoy un importante problema de salud pública, con más de un millón de personas diagnosticadas cada año en el mundo. El pronóstico de los pacientes con CCR ha mejorado durante las últimas décadas, con una supervivienvia a los 5 años que ha alcanzado casi el 65% en los países desarrollados. Sin embargo, hasta un 40% de los pacientes recaen a pesar de recibir un tratamiento óptimo inicial basado en cirugías seguido de tratamiento quimioterápico, en los casos de alto riesgo.
En la actualidad, la estadificación patológica continúa siendo el factor pronóstico más importante y guía las decisiones terapéuticas, pero no permite predecir ni la respuesta terapéutica ni el resultado final en pacientes que han recibido tratamiento. El tratamiento habitual del CCR localizado continúa siendo la cirugía, seguida o no de quimioterapia, dependiendo de las características patológicas del tumor. Pero no se sabe qué pacientes están curados y qué pacientes no tras la cirugía con intención curativa, lo que hace que algunos acaben siendo sobretratados o infratratados porque no se dispone de potenciales biomarcadores que ayuden a estratificar mejor a aquellos con alto riesgo de recaída, que son los que se pueden beneficiar de recibir un tratamiento quimioterápico tras la cirugía. Asimismo, se sabe que el microambiente tumoral desempeña un papel en la recaída de estos pacientes.
Según explica el Dr. Cervantes, “en el cáncer, no solamente juegan un papel las células tumorales” sino que “también hay otras células, como fibroblastos, células del sistema inmune y células endoteliales, aparentemente normales, que intervienen directamente en el desarrollo y evolución del tumor”. En este sentido, añade que “dada la importante tasa de recaída que aún presentan los pacientes con CCR localizado, son necesarios nuevos biomarcadores pronósticos y predictivos de respuesta para estratificar mejor a los pacientes, identificando mecanismos de resistencia a la terapia estándar y nuevas dianas terapéuticas. El proyecto TuMiCC se desarrolla para abordar estas necesidades y estamos convencidos de que la consecución de los objetivos tendrá un impacto en la práctica clínica que se reflejará en una aproximación más personalizada y un aumento de la supervivencia de nuestros pacientes”.
Los investigadores de TuMiCC han observado hasta ahora que el microambiente tumoral retiene la quimioterapia basada en oxaliplatino mucho tiempo después de cesar el tratamiento y que la absorción de oxaliplatino puede remodelar el microambiente tumoral y aumentar las posibilidades de un mal pronóstico.
Dada la importancia del microambiente tumoral para la toma de decisiones clínicas, desarrollaron algoritmos de aprendizaje profundo basados en imágenes de tumores completos junto con un modelo de segmentación para evaluar la contribución de cada subtipo de célula tumoral, incluidas las distintas células del microambiente tumoral y cancerosas. Con el fin de investigar los mecanismos de resistencia a la terapia específicos del paciente e identificar estrategias terapéuticas personalizadas, establecieron un biobanco de organoides derivados del paciente a partir de tejido tumoral y de mucosa normal adyacente. Todo ello ha permitido mejorar la comprensión de la heterogeneidad entre pacientes, explicar la diversidad de respuestas a la terapia, e identificar seis grupos diferentes, destacando un subtipo con potencial de mayor resistencia terapéutica.
TuMiCC cuenta con técnicas que están a la vanguardia de la investigación en cáncer. Emplea herramientas prometedoras como la biopsia líquida y plataformas de alto rendimiento como la secuenciación masiva de nueva generación y contempla el desarrollo de modelos preclínicos que permitirán validar los biomarcadores identificados y probar nuevos fármacos. El proyecto cuenta con el apoyo del Biobanco, la Unidad de Medicina de Precisión y equipamiento adquirido con fondos FEDER desde INCLIVA.
El proyecto TuMiCC obtuvo en 2020 una de las Ayudas para Grupos Coordinados de la Asociación Española Contra el Cáncer, cuyo objetivo es “promover la investigación colaborativa a través de grupos de investigación multidisciplinares que respondan a una necesidad clínica existente”, por una cuantía 992.665 euros.