Uno de cada diez diagnósticos de VIH en España se da en personas que se inyectan drogas. Y aunque se mantiene un progresivo descenso en el número de casos, Sanidad recomienda un abordaje específico desde los centros de tratamiento de adicciones dirigido la sensibilización -especialmente sobre transmisión y estigmas- y el apoyo psicosocial. Patim ha atenido a 21 personas seropositivas y en situación de riesgo en el último año, entre las que se detecta una baja percepción del riesgo de transmisión del virus a través de las relaciones sexuales, especialmente entre parejas heterosexuales.
«Los programas dirigidos a quienes consumen drogas están dando su fruto en cuanto a disminución de la incidencia de infección atribuible a la vía parenteral pero los comportamientos sexuales han evolucionado de forma menos favorable debido a que se percibe menos el riesgo de infección por relaciones sexuales no protegidas que los riesgos relacionados con la inyección», detalla Inma Galmés, coordinadora de programas. En personas usuarias de drogas -tanto adictas por vía parenteral como por otras vías- este aspecto es fundamental ya que «bajo la influencia de estas sustancias se embarcan en relaciones sexuales no protegidas, dentro o fuera de su pareja sexual estable, o en prácticas como el chemsex», añade.
Tanto en la comunidad terapéutica como el centro de día de Patim se desarrolla un programa que presta una atención psicosocial específica para este grupo de personas. Enmarcadas dentro de un tratamiento globalizador, se llevan a cabo una serie de actuaciones puntuales de forma independiente a las que se contemplan en el marco terapéutico de su drogodependencia, ya que su estado físico influye directamente en su rehabilitación e integración social. «Además de los talleres de sensibilización, en la fase de integración se planifican itinerarios formativos específicos, adaptados a sus necesidades y estado de salud y, al mismo tiempo, se ofrece un apoyo especial a la familia que lo necesite, independiente de los grupos de autoayuda existentes para familias de drogodependientes», explica la terapeuta de Patim. En estos últimos años, las prestaciones y el número de beneficiarios de este programa, financiado a cargo del IRPF autonómico, se ha ampliado de manera notable.
Las actividades no han sufrido modificación, aunque se han tenido que adaptar como todos los programas a la situación sociosanitaria creada a causa de la pandemia del covid.