En el Día Mundial de la Diabetes, la Unidad de Genómica y Diabetes del Institut de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, ha identificado varios genes implicados en la enfermedad o en sus comorbilidades mediante la investigación de las bases genéticas de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), con el fin de ayudar a predecir quiénes la desarrollarán esta enfermedad en el futuro y a identificar nuevas dianas terapéuticas.
La Diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por niveles muy elevados de glucosa en sangre. Se estima que más de 500 millones de personas entre los 20 y los 79 años de edad sufren esta enfermedad en el mundo, lo que representa el 10,5% de la población mundial, según datos de 2021, si bien, en España afecta al 14% de la población adulta. Hay varios tipos de diabetes y la DM2
supone entre el 90% y 95% de los casos de diabetes a nivel mundial.
La Unidad de Genómica y Diabetes de INCLIVA, coordinada por el doctor Felipe Javier Chaves –que es también investigador de CIBERDEM (Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas) grupo CB07/08/0018, del Instituto de Salud Carlos III- utiliza técnicas de gran capacidad, como secuenciación de exoma (que es el conjunto de regiones del ADN que tienen la información para codificar las proteínas), entre otras, que han permitido identificar varios genes que parecen estar implicados en la enfermedad o en sus comorbilidades.
“En algunos genes hemos identificado variantes poco frecuentes en la población que aumentan en gran medida el riesgo de desarrollar la enfermedad. Por otro lado, hemos identificado variaciones en la metilación del ADN que están presentes años antes de desarrollarse la enfermedad. Estos últimos marcadores tienen gran interés dado que nos permiten identificar nuevos genes y mecanismos de desarrollo de DM2, pueden ser modificables con tratamientos específicos y pueden permitir identificar las personas que desarrollarán esta enfermedad”, explica el doctor Chaves.
La diabetes genera una gran pérdida en la calidad de vida de quien la padece y el desarrollo de complicaciones que afectan a varios órganos importantes (corazón, cerebro, riñón y ojos, entre ellos), pudiendo derivar en infarto de miocardio o ictus cerebral, por ejemplo. Por ello, se considera que la diabetes es un factor de riesgo cardiovascular muy importante. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 esta enfermedad causó 2 millones de muertes, de las cuales el 48% se
produjo en personas menores de 70 años. “Tanto para prevenir como para tratar una enfermedad hay que conocer qué es lo que la causa. En el caso de la DM2 se sabe que es por una combinación de factores ambientales (como sedentarismo, exceso de ingesta calórica o contaminantes), epigenómicos (modificaciones del ADN que no suponen un cambio en la secuencia pero que afectan a su regulación) y genómicos (cambios de diferentes tipos en la secuencia de nuestro ADN).
Los más conocidos son los ambientales, pero, sin embargo, los epigenómicos y genómicos, que son muy importantes en el desarrollo de esta enfermedad, apenas se conocen. De hecho, solo se conoce una pequeña parte de los genes implicados en la enfermedad. De ahí la importancia de la investigación que realizamos”, añade la doctora García García.
A raíz de estos proyectos, la Unidad de Genómica y Diabetes está analizando los datos procedentes de más de 3.000 personas. Además, esta Unidad ha colaborado y colabora en otros proyectos dedicados a
estudiar diferentes aspectos de esta enfermedad, como el modo en que puede responder una persona al tratamiento de la DM2 según las variaciones genéticas que presenta y la implementación de medicina de precisión en la DM2 mediante el estudio del genoma de pacientes.