El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA y la Fundación Valenciana de Agricultura y Medio Ambiente (FUVAMA) han impulsado una investigación para analizar las propiedades nutricionales de las naranjas y las mandarinas y sus efectos beneficiosos sobre la salud, teniendo en cuenta su interacción con el genoma humano.
Ambas entidades acaban de firmar un convenio para poner en marcha el proyecto ‘Análisis nutrigenómico de dietas suplementadas con cítricos’, que será desarrollado por el Grupo de Investigación en Genómica Traslacional de INCLIVA bajo la dirección del Dr. Arturo López Castel.
El proyecto pretende realizar distintas aproximaciones experimentales, con especial atención al uso de tecnologías ‘ómicas’ de nueva generación con el fin de descubrir cómo dos frutos de la categoría de los cítricos (naranja y mandarina), de gran importancia económica y gastronómica en la Comunidad Valenciana, interactúan con el transcriptoma (conjunto de moléculas de ARN mensajero y de ARN no-codificante presentes en una célula o tejido concreto), e identificar así potenciales nuevas aplicaciones para la salud humana.
FUVAMA fue creada en 1997 por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) –que es ‘Embajador de honor de INCLIVA’ por su apoyo a la investigación sanitaria– con el objetivo de impulsar la cooperación para el desarrollo técnico, cultural, económico y social del sector agrario y la mejora de las condiciones de vida en el medio rural. FUVAMA tiene un especial interés en promover actividades que beneficien la investigación en salud. En este sentido, ya suscribió un convenio marco de colaboración con INCLIVA, en julio de 2021, para la realización de actividades relacionadas con la investigación, el desarrollo, la innovación, la formación y la divulgación especialmente en el campo de la biomedicina, en el que tiene su origen el presente convenio, firmado por el presidente de FUVAMA, Bernardo Ferrer, y el director gerente de INCLIVA, Vicente de Juan.
FUVAMA proporcionará los cítricos necesarios para el desarrollo de este proyecto de investigación, que tendrá lugar a lo largo de 2023. Una vez obtenidos y analizados los resultados, ambas entidades difundirán sus conclusiones con el objeto de generar un impacto positivo sobre la salud de los consumidores y el sector citrícola. Este programa cuenta con una subvención de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.
Existen numerosos estudios científicos que demuestran un efecto beneficioso sobre la salud humana de determinados alimentos y tipos de dieta, como la mediterránea, sustentados no solo en su excelente capacidad para mejorar la calidad de vida, sino también en el descifrado de distintos mecanismos moleculares y celulares sobre los que actúan de manera específica algunos de sus nutrientes. Un ejemplo concreto de potencial terapéutico de los alimentos son las nueces, ricas en ácidos grasos omega-6, recomendadas para controlar la hipercolesterolemia por tener efectos sobre el perfil lipídico y disminuir los niveles de colesterol. A su vez, las propiedades beneficiosas de los alimentos vienen dadas por los micronutrientes y macronutrientes que los componen, como el ácido oleico, presente en la aceituna y principal componente del aceite de oliva o el pescado azul, rico en omega 3, indicado para prevenir enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de muerte en los países desarrollados. Por lo tanto, existe un gran potencial terapéutico en los alimentos que diariamente consumimos que requiere conocer cuáles son los principios activos responsables de sus actividades biológicas deseables.
La nutrigenómica es una disciplina científica que busca entender cómo los nutrientes afectan al equilibrio entre la salud y la enfermedad mediante su capacidad de interacción con el genoma. Recientemente se ha identificado que distintos componentes bioactivos de los alimentos -como vitaminas, flavonoides o polifenoles-, son capaces de interactuar con nuestros genes, modificando su expresión mediante mecanismos epigenéticos, como la regulación de los patrones de metilación del DNA, o mediante la represión/activación de determinadas moléculas de RNA. Por ello, es cada vez más evidente que la ingesta inadecuada o escasa de micronutrientes, presentes en la dieta mediterránea, como algunas vitaminas, carotenoides o flavonoides específicos, todos ellos presentes en gran cantidad de frutas, verduras y hortalizas, se ha asociado a patologías crónicas cardiovasculares y respiratorias, osteoporosis, obesidad, diabetes o cáncer. Es necesario, pues, identificar los efectos beneficiosos para la salud de alimentos que forman parte de nuestra dieta tradicional, que ingerimos regularmente, a partir de su interacción con el genoma humano, buscando ampliar la comprensión de sus propiedades potencialmente terapéuticas y coadyuvantes. Esto abre la puerta a su potencial empleo en la regulación de procesos que todavía se escapan a nuestro control, como el envejecimiento, la obesidad, la neurodegeneración o los procesos de degeneración muscular producto de enfermedades raras o del cáncer.
El objetivo principal de este proyecto es estudiar el efecto a nivel transcriptómico en un modelo animal (ratón) sin patologías de una dieta suplementada con un cítrico, ya sea la naranja o la mandarina, durante 30 días. El análisis se realizará en distintos órganos, todos relevantes en diversas patologías humanas, comparando con el mismo modelo murino alimentado con una dieta estándar no suplementada, para establecer posteriormente la potencial relevancia de los cambios observados en rutas patogénicas conocidas. Este análisis transcriptómico se realizará en distintos tejidos del ratón con relación en patologías humanas como hígado, riñón, corazón, músculo esquelético, cerebro y páncreas, para identificar potenciales efectos específicos sobre los mismos. La hipótesis planteada se basa en el concepto de la Modulación Génica Terapéutica, por la cual es posible rescatar patrones de expresión génica anormales (asociados a enfermedad), influyendo en la expresión endógena de determinados genes.
Los cambios moleculares significativos encontrados se analizarán mediante estudios bioinformáticos para identificar asociaciones con vías de señalización relacionadas con patologías humanas y servirá para inferir nuevas hipótesis de investigación hasta ahora no planteadas para los alimentos a estudio.
Los resultados permitirán, por un lado, definir efectos biológicos deseables específicos para cada órgano y/o alimento en estudio, incluyendo aspectos todavía desconocidos, como una potencial actividad promotora de rutas anabólicas en músculo esquelético, y por tanto con potencial actividad para prevenir o mejorar fenotipos atróficos en el contexto de una enfermedad, o que se comporten como factores protectores frente a defectos cardíacos o eventos de toxicidad hepática o renal.
Asimismo, permitirán identificar también nuevas rutas celulares y grupos de genes con los que interactúa cada compuesto pudiendo buscar, mediante comparaciones bioinformáticas con bases de datos ya existentes, si puede existir alguna conexión con patologías concretas.